Nav Melech.-
Se mira el odio desde la ventana oval.
Con un solo mensaje se incita al odio.
La violencia es concreta, certera, opulenta.
El expresidente mira al cielo y cierra los ojos:
-Nada le importa ya-
Multitudes se acercan al Capitolio; vibrando con el suelo.
La sombra del fascismo; de un mundo olvidado.
Sus gritos me recuerdan el miedo:
Del cual, me habló en susurros mi abuelo.
–Nada les importa ya-
Saltan las vallas e irrumpen la democracia.
Los vidrios rotos se vuelven gritos desesperanzados:
Los fantasmas del rencor tocan a la puerta.
Entran con violencia; y arremeten al ideal popular.
–Nada les importa-
El mundo los está viendo; y sienten la mirada.
Ríen ensoberbecidos; gustosos escupen al cielo.
La llama de la antipatía es vista por los niños.
¿Cómo les decimos? Que eso no es libertad.
-No les importa-
Sus aplausos al miedo; me recuerdan las lágrimas de los escondidos.
Sus miradas iracundas; me siguen en las sombras.
Las imágenes son incomprensibles.
Estas llamas no son nuevas en el mundo.
–Nada les importó-
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