Dante Pinal.-
Vivimos en un país donde ya nada es sorpresa y menos de las que provienen desde la Cámara Legislativa, todo podemos esperar y más si viene de una arrolladora mayoría y sus aliados, léase la Ley Zaldívar; la aprobación de la ley para la entrega de datos biométricos a un inusual padrón; la ley contra Industria Eléctrica, más las que se sumen.
Ante esta andanada de leyes, las cuales ya son sometidas a rechazos y sendos amparos por su anticonstitucionalidad, me permito hacer el siguiente ejercicio, echando a volar la imaginación con supuestas acciones que se podrían ejecutar. Repito son suposiciones:
Supongamos que conforme se acercan las elecciones, el gobierno y su partido Morena ordenan encuestas a empresas serias, para tener el pulso real de cómo va la tendencia de las votaciones el próximo 6 de junio.
Con preocupación, observan una caída estrepitosa en las preferencias y no logran estar en el ánimo de los votantes, es más se augura el voto de castigo nunca visto en décadas.
Imaginémonos que ante esas cifras desoladoras de rechazo electoral, y por “un aumento de contagios por coronavirus” (esperemos que nunca suceda) a días de las elecciones, el gobierno ordene un nuevo cierre de actividades y con ello se inhiba a la población a salir a ejercer su voto. ¿Se lograría que los mexicanos no saliéramos a votar?
Supongamos que después de las votaciones, el gobierno se quedará sin presupuesto para continuar ejerciendo con sus programas sociales. ¿El gobierno se atrevería por primera ocasión a endeudarse para dar continuidad, o como siempre sucede, permitiría aumentar impuestos, para que el contribuyente sea el pagano de estos programas clientelares?

Y bueno para no dejar la imaginación a un lado, Supongamos que se presente la nueva miscelánea fiscal, también después de las elecciones, con más carga fiscal y responsabilidades a los contribuyentes y sea rechazada por empresarios, inversionistas y la propia población.
Esta acción supondría la fuga de capitales y automáticamente una devaluación del peso ante el dólar. El Gobierno no tendría otra más que echar la culpa, a grupos neoliberales y de derecha como los responsables de una posible devaluación.
Afortunadamente, estimado lector, estas suposiciones son exclusivamente de un servidor, quien aludiendo a una canción del compositor Joan Manuel Serrat: “pues hoy las musas han pasado de mi, andarán de vacaciones”.
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