Dante Pinal.-
“Se me asustó un poquito la escritura, no encontré una pluma”: Nicole Pinal.
Durante los letales disturbios de la semana pasada de grupos pro trumpistas en la Casa Blanca, las redes sociales, twitter y Facebook , decidieron suspender permanentemente las cuentas al presidente Donald Trump, por incitar a la violencia.
Después de que el miércoles sus seguidores irrumpieran violentamente en el Capitolio, la cuenta oficial del todavía gobierno estadounidense, arremetió contra twitter por atentar a la libertad de expresión.
La cuenta de Donald Trump, fue una herramienta que utilizó frecuentemente el mandatario americano. A través de ella anunció las acciones más relevantes de su mandato, insulto a sus rivales políticos y denunció el supuesto fraude en las pasadas elecciones.
A través de estas plataformas, diversos mandatarios del mundo reprobaron los hechos ocurridos fuera del capitolio y que costó la vida a varios seguidores de Trump.
El presidente mexicano, López Obrador, asiduo defensor de las redes sociales, rechazo la censura a la cuentas de Donald Trump y las acuso de erigirse como la “Santa Inquisición para decidir quién sí y quién no puede hacer uso de su libertad de expresión”.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es muy clara, en su artículo 19 expone: “Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”.
Pero en el párrafo 3 del artículo es contundente: “En el ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2, entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar sujeto a ciertas restricciones, que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y necesarias para: asegurar el respeto a los derechos y reputación de los demás; y, la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”.
Entonces, bajo estos principios, ¿dónde se afecta a la “libertad de expresión”? nadie se puede amparar de este precepto para incitar a la violencia y más cuando los resultados electorales no son a favor de quien la promueve.

Nadie tiene derecho de utilizar a las redes sociales, para solventar sus caprichos o alentar el encono y enfrentamiento y menos entre personas del mismo país. pero bien reza el dicho: “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.
Deja un comentario