Mauricio Juárez.-
La elección presidencial en Estados Unidos ha generado gran interés en nuestro país, al grado de polarizar a actores políticos nacionales. Es claro que el gobierno del presidente López Obrador apuesta por Donald Trump.
Estamos a horas de saber el futuro de nuestro vecino del norte. Las encuestas favorecen al candidato demócrata, Joe Biden, pero el sistema electoral estadounidense es complejo y quien obtiene la mayoría de votos no siempre es el elegido.
Hoy, la mayoría de los mexicanos estaremos en espera del resultado electoral en Estados Unidos. Trump ha utilizado a nuestro país como tema de campaña. Insiste en la construcción de un muro fronterizo y acusa a los mexicanos de ir a aquel país a delinquir.
Aquí en México ya hubo confrontación. El jueves pasado, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, hizo un llamado a los michoacanos que viven en Estados Unidos a votar por Biden.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, respondió con virulencia a través de una carta en la que subrayó que la política exterior corresponde al Poder Ejecutivo Federal y lo acusó de violar la Constitución.
Sin embargo, el domingo se llevó a cabo una caravana en la Ciudad de México, convocada por la organización “México Republicano”, para apoyar a Trump.
Larry Rubin, representante del Partido Republicano en México, posteó en Tuiter: “En México, cientos de autos de diferentes partes del país se unieron al #TrumpTrain2020 por 4 años más desde Xochimilco hasta el parque Lincoln. México está con Trump. Trump está con México”.
Hasta el momento, no conocemos una carta o queja del gobierno por esa caravana. ¿Será que los estadounidenses sí tienen permiso de hacer política electoral en territorio mexicano y llamar al voto por el “amigo” del presidente López Obrador?
El gobierno de Trump viola sistemáticamente los derechos humanos de los migrantes. Separa familias, envía a México a niños sin la compañía de sus padres y la política migratoria mexicana se ha endurecido a solicitud del presidente estadounidense.
El gobierno mexicano está sometido por Trump. Si este no gana, tendrá que echar a andar la maquinaria diplomática para sanar heridas con los demócratas.
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