Nav Melech.- Querido editor, no sé si esto es un sueño: Tú me preguntaste. Te respondo. La verdad es que no sé por qué. Es más. No sé ni para qué te estoy diciendo todas estas cosas. Y créeme que me lo pregunto tantas veces antes de dormir. En otras ocasiones me lo empiezo a... Leer más →
Abrazo de Medianoche
Nav Melech.- Puede parecer extraño lo que voy a escribir pero mi perrita le tiene miedo a la muerte. Más en las noches, cuando ella siente que todo puede terminar de golpe así sin avisar; se aferra a todos los presentes, se pone ansiosa, un tanto temerosa, más molesta de lo normal, jadea y camina... Leer más →
Bailemos
Nav Melech.- Me cansé del silencio y es por eso que volví a buscarte, mi amor. No tardé mucho en encontrarte. Sigues tomando tu café frente a la fuente de nuestro parque. ¿Americano, verdad? Aún lees las primeras dos notas del periódido y tus cigarros siguen apagándose a medio camino. ¿Delicados, no es así? ¿Cómo?... Leer más →
Ella
Nav Melech.- Para mi amigo: A mi más querido amigo, de todos siempre mi más querido, de todos el más apapachado, el más adorado, te repito: de todos el que yo más atesoro. Te pido que hoy seas valiente y que no le tengas miedo a esa tan malentendida depresión. Ella, -tan tranquila que es-,... Leer más →
Avenida Revolución
Nav Melech.- “Ella siempre será mi puesta de sol.” Escribí en el WhatsApp. Envíe el mensaje, -a un receptor desconectado desde hace varios años-, esperé estúpidamente un par de minutos por una respuesta que nunca habría de llegar. Me sentí tranquilo. Escondido en el baño. Tomando Bacardí lentamente desde mi vaso rojo. Tocaron tres veces... Leer más →
Tesis
Nav Melech.- Capítulo Primero: Espera. No te levantes aún. Mejor cuéntame algo, aunque sea lo más insignificante, lo más olvidadizo, lo más esporádico de tu mente. Háblame de tí, de mí, de lo que sea, la verdad es que ya nada importa, platícame mi querida Guirnalda, aunque sea solo responde: ¿a qué sabe ese café,... Leer más →
Cerveza Oscura
Nav Melech.- Para José Manuel. Antes de levantarme de la cama me dije: “No sería lo peor del mundo si comenzara a olvidar su olor.” No sé por qué esta vez me hizo tan bien decírmelo. En otras ocasiones que lo he llegado a pensar, siquiera el acto de analizarlo en mi mente me hace... Leer más →
Pa’delante
Nav Melech.- – Me estoy haciendo vieja, mi niño. – Suspiró Layla pausadamente, mientras terminaba de defecar sobre la banqueta. Seguidamente se irguió suavemente sobre sus cuatro patas y aleteo sus orejas, para así poder escuchar mejor mi contestación. No quise decir nada, hubo un pequeño silencio, minúsculo, casi imperceptible, únicamente perceptible en la vida... Leer más →
Temblores
Nav Melech.- Esperé los mejores años de mi vida a que ella saliera de clase. Mientras tanto fumé los peores cigarros, y tomé los cafés más detestables, leí periódicos viejos, y escribí sobre personas que se perdieron en el mundo y en el tiempo. Esperé todas las tardes de lunes a sábado a que Marlén... Leer más →
Hilda
Nav Melech.- Supe que Hilda había muerto cuando llegó el viernes y no estaba encendido su incienso. Años atrás detesté enormemente el olor, la ceniza, el humo constante en mi frente; pero ahora el olor a copal desprende las últimas lágrimas que me quedan en el cuerpo. Dos años antes de que naciera mi hija,... Leer más →