Dante Pinal.-
En cinco estados de la República, se vivió uno de los fines de semana considerado como de los más violentos. En Guadalajara, Guanajuato, Ciudad Juárez, Tijuana, y en diversas ciudades de Michoacán, la delincuencia organizada no dio tregua a la sociedad civil.
Tal pareciera que los sábados y domingos son los días preferidos de los criminales para realizar sus asesinatos.
De acuerdo a una nota del periódico Excélsior, la cifra de asesinados, en fines de semana es de alrededor de las 250 personas ya sean de soldados, propios grupos de sicarios o de personal civil.
La indignación general de la sociedad en su conjunto continúa creciendo y no se ve que la delincuencia organizada dé una tregua para aminorar la infame criminalidad en nuestro país.
Pero lo que se considera ya una bajeza es la respuesta de los simpatizantes gubernamentales, como el productor Epigmenio Ibarra, quien sin importar el dolor de cientos de personas por el asesinato de sus familiares sale a decir en redes sociales que “hay una intención político-mediática y desestabilizadora en estas acciones del narco”.

Este corifeo, amante de la cuarta transformación, continúa viviendo dentro de la producción de sus narco series las que sí han generado que adolescentes y jóvenes sueñen con ser grandes narcotraficantes tal y como lo plasma en sus producciones televisivas.
Sin ir lejos, esta influencia ha llegado a propios gobernantes de Morena, como la alcaldesa de Tijuana, quien sin miramiento alguno reclamó al crimen organizado: “cobren sus facturas a quienes les deben”, como si el cobro del derecho de piso sea ya una costumbre valida.
Ahora a ¿quién le va a echar la culpa el presidente en la mañanera? Como si la sociedad civil o simplemente la clase media que desprecia, tuviera el poder para tener nexos con grupos del crimen.
La apuesta de “abrazos no balazos” simplemente es una estrategia fallida más como tantas que tiene el gobierno morenista-lopezobradorista.
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