Economía y política. En lo primero Donald Trump parece dispuesto a llevar sus planes hasta dónde tope y en lo segundo se irán alineado los personajes más oscuros.
Julián Andrade.-
La política arancelaría impuesta por Donald Trump está
causando estragos en los mercados. Las bolsas de valores lo reflejan, pero ese no es el mayor problema, sino lo que pronostica cuando eso se traduzca en la pérdida de empleos y el aumento de las desigualdades alrededor del mundo.
Ni los pingüinos de las islas Heard y McDonald, las que se encuentran deshabitadas y cerca de la Antártida se salvaron, aunque el secretario de comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, precisó que la idea es que no haya ni un resquicio jurídico o territorial para que se pueda evitar el pago de los aranceles.
Trump, con su enorme narcisismo, cree que es un genio de las finanzas, pero no es así. Es más, su desempeño, desde que llegó al poder, por segunda ocasión, muestra otra cosa.
Es probable que las resistencias a su política se empiecen a desatar en el entorno de los grupos y personajes que lo han apoyado. Los más ricos pueden querer mucho a Trump, pero están más encariñados con su dinero y este empieza a perderse en la vorágine de los anuncios de las últimas semanas.
Y a ello hay que sumar que sectores progresistas empiezan a movilizarse porque ya se dieron cuenta de que viene una época oscura y que más vale hacerle frente.
La política de no contrariarlo puede tener algunos beneficios en el corto plazo, pero es dudoso que eso se sostenga en mediciones de tiempo más amplias, porque lo que está ocurriendo afectará la economía en su conjunto.

Pero hay que tener en cuenta, además, que Trump está decidido a incidir en el fortalecimiento de la ultraderecha, en su país y en otros. Una pincelada de este tipo de apoyo se puede constatar en su respaldo a Marine Le Pen, quien fue inhabilitada para contender a un cargo público en Francia, lo que es visto como un ataque a la pluralidad, pero se deja de lado que está acusada de malversación de cuatro millones de euros de presupuestos públicos.
“La caza de brujas contra Le Pen es otro ejemplo de cómo los izquierdistas europeos utilizan la Lawfare para silenciar la libertad de expresión y censurar a su oponente político”, afirmó el presidente de EE. UU. en su plataforma Truth Social.
Para Trump, el caso de la líder de la Agrupación Nacional funciona para su cruzada contra el Poder Judicial y contra los contrapesos democráticos.
Esto es relevante, porque se puede intuir que en la medida en que pierda apoyos de los sectores establecidos, debido a su enloquecida política económica, se refugiará en sus partidarios más radicales, en una apuesta que habría parecido imposible, desde la Casa Blanca, apenas hace uno años.
Es ahí donde la economía y la política van a converger y apalancar un escenario internacional de pronóstico reservado.
Publicado en Forbes México el 8 de abril de 2025. Link: https://forbes.com.mx/donald-trump-y-el-refugio-de-los-ultras/
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