Rodolfo Higareda.-
Muchas cosas importantes sucedieron la semana pasada, así que intentaré diseccionar cada una de ellas para que estas no se pierdan en el tiempo y la coyuntura; o por el humo y la basura informativa que desde Palacio Nacional arrojan a diario para desviar nuestra atención sobre lo verdaderamente trascendente. Y es que los ciudadanos comunes tenemos muchas preocupaciones cotidianas, porque no vivimos precisamente en Dinamarca, así que es relativamente fácil distraernos del embrollo en el que nos tienen metidos aquellos que no hacen otra cosa que disfrutar del poder y tratar de aferrarse a él a toda costa (¡al pajarito al pajarito, volteen a ver al pajarito!).
Lo primero que hay que destacar es el extraordinario e histórico discurso pronunciado por el senador Germán Martínez ante los secretarios de defensa y marina (mismos que iban en calidad de tristísimos edecanes de la periodista improvisada de secretaria de seguridad pública). Si bien Martínez me merece el mismo respeto que cualquiera que haya abrazado la causa del presidente López, ahora que ya se arrepintió sacó lo mejor de su persona. Así que además de los aplausos de pie que merece, en la parte del análisis resalta el enorme desgaste al que este régimen ha sometido a las fuerzas armadas. Desde luego sabemos que en el plano personal tanto el general como el almirante vivirán por siempre en el descrédito y la ignominia; pero el acento debemos ponerlo en el círculo de radicales que comanda el presidente, y que ha logrado su propósito sobre la otrora apreciada y admirada institución militar.
En otros temas, Liz Truss duró despachando en el número 10 de Downing Street el mismo tiempo que dura una lechuga en la estantería del supermercado (The Economist dixit). Y yo me pregunto si en un futuro cercano Claudita Sheinbum verá su rostro reflejado en el de la desdichada política británica. Finalmente, López le dejará a su sucesor un país hecho añicos. Él, desde luego, no se hará responsable de nada, como es su costumbre de siempre. Pero sin duda heredará una crisis brutal en todos los aspectos de la vida nacional; con el agravante de que “la regenta” tiene el mismo carisma de una hortaliza y el talento político de un apio. Además, MORENA difícilmente logrará arrasar en el legislativo (a menos, claro, que su reforma electoral transite). Así que les advierto de una vez que el 2025 pinta para ser uno de los años más convulsos de nuestra historia (vayan comprando salvavidas y cinturones de seguridad).

Por último, el gobierno de los Estados Unidos desmiente una vez más las falacias y embustes del inquilino del palacio. Pero solamente porque muy tarde cayeron en la cuenta de que les habían estado viendo la cara en las discusiones comerciales para evitar el panel por las violaciones mexicanas al TMEC. La apuesta final de López es que los mexicanos paguemos los aranceles que en castigo necesariamente nos impondrán; con tal de defender su obsoleta, fracasada y contaminante política energética. Total… qué son veinte mil millones de dólares más, acumulados a las enormes pérdidas de PEMEX y CFE, junto al despilfarro de las obras faraónicas. La idea será convocar “al pueblo”, como lo hizo el Tata Cárdenas, para que le lleven puercos y gallinas al Zócalo y con eso “defender nuestra soberanía”. Pero más allá de lo teatral, me sigue llamando mucho la atención la gran inocencia de los demócratas en Washington. Aunque suelten a todas las guacamayas a volar, nuestro tlatoani los sigue chantajeando sin piedad (ya incluso los amenazó con poner tecnología china en nuestras aduanas y fronteras). Y si acaso pierden las intermedias como está previsto, les va a pintar un violín cada que los vea. Coman frutas y verduras…