Dante Pinal.-
Miles de deudores que no han podido liquidar sus deudas, ahora se encuentran bajo las llamadas amenazadoras y de extorsión de despachos de cobranza contratadas por bancos o tiendas departamentales.
De acuerdo a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, CONDUSEF, las quejas contra los despachos de cobranza se incrementaron en un 120 por ciento por agresiones, violencia verbal, amenazas o intimidación.
Quién no ha tenido la desfortuna de tener que lidiar con el personal de estos despachos, quienes con un temple de acero, para eso fueron previamente capacitados, localizan a los desafortunados deudores y a través de llamadas telefónicas, mensajes de whatsapp o correos electrónicos amenazan e insultan sin que alguna autoridad los detenga.
Al tal grado llegan estos despachos a amenazar a personas de la tercera edad, personas mayores de 80 años, quienes sin tener culpa alguna y solo por el hecho de ser familiares de los titulares de las deudas, reciben amenazas o groserías del personal de estos despachos sin que les importe que los adultos mayores padezcan de alguna enfermedad nerviosa.
De acuerdo a especialistas, entrevistados por el periódico Publimetro, la violencia verbal, amenazas, intimidaciones, humillaciones y daños psicoemocionales que causan los despachos de cobranza a los usuarios de créditos, son delitos que alcanzan incluso penas de cárcel.
Los abusos realizados por el personal contratado por los despachos si se denuncia, alcanza sanciones de uno a cuatro años de prisión y multas de cincuenta mil a 300 mil pesos.

Mencionan que el Código Penal Federal es claro e indica que el daño es penado cuando los cobradores amenazan, ofenden, intimidan al deudor, familiares, compañeros de trabajo, o cualquier otra persona que no tenga relación con la deuda.
Además, consideran que en estas acciones se comete el delito de extorsión cuando el deudor a pesar de no contar con los recursos para resolver su deuda, se les obliga, bajo amenazas e intimidaciones, a pagar el total del crédito.
Si usted ha sido intimidado por estos despachos de cobranza y aun reconociendo el adeudo que no se puede liquidar por estar desempleado o no contar con los recursos en esos momentos, no dude en recurrir al ministerio público para denunciar los abusos y el maltrato mental que hacen estas empresas.
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