Dante Pinal.-
Tristeza y rabia tienen los habitantes de Zacatecas, ante la ola de violencia y la presencia de grupos de la delincuencia organizada. En un éxodo masivo decenas de familias han tenido que salir de sus hogares, de sus pueblos en los que han vivido por generaciones llevándose consigo pocas pertenencias.
Desolador se ven las imágenes donde las caravanas de hombres , mujeres y niños son escoltados por el Ejército mexicano ante las amenazas de grupos delincuenciales que se disputan las plazas.
En un estado lleno de tradición e historia, la delincuencia organizada encontró una ambiciosa plaza que significaría tener el control de la parte centro-norte del país. Sin embargo habitantes de decenas de comunidades han tenido que ser desalojados forzosamente ante el miedo de ser levantados o asesinados.
En tan poco tiempo de haber asumido la gubernatura del estado, David Monreal se encuentra rebasado por el aumento de los índices de violencia en la entidad. Vana ha sido la implementación del Plan Zacatecas II diseñado para salvaguardar la seguridad de los zacatecanos y dar fin a la cruel guerra en un estado que sobrevive más por las remesas de trabajadores que se van a Estados Unidos a trabajar, que de la propia economía local.
Incluso hay municipios que a partir de las 19 horas tienen que resguardarse en sus propios hogares, como si estuvieran viviendo en un estado con toque de queda. Los pocos empresarios locales han tenido que vivir con el hostigamiento de delincuentes que les exigen una cuota mensual a cambio de seguridad y no ser molestados.
La situación real que viven los zacatecanos en estos momentos se contradice con el discurso de vanaglorias personales del presidente López Obrador, quien diariamente repite y se convence por si solo, que los índices del criminalidad han disminuido a partir de la llegada al poder de la 4T.
El falso optimismo presidencial en nada lo comparten cientos de zacatecanos que han tenido que huir de sus trabajos, negocios o parcelas por miedo a los delincuentes que sin aviso alguno se han apropiado de todo cuanto pueden en los municipios de Zacatecas.
Incluso el diputado federal de extracción morenista Marco Antonio Flores y vocalista de la Banda Jerez, hizo un desesperada advertencia que de no resolver el clima de violencia en las comunidades de Zacatecas, hará un llamado a los pobladores para “levantarse en armas” en defensa de sus pobladores y evitar continúe el éxodo masivo.

La presencia de grupos criminales en la entidad del norte del país no es nuevo, desde hace 15 años sus habitantes han tenido que acostumbrarse a convivir con delincuentes, pero desde el arribo de David Monreal como gobernador del estado, la violencia ha crecido exageradamente al grado de registrarse un promedio de 4.2 homicidios dolosos diariamente.
Los zacatecanos exigen justicia, pero en el centro del país simplemente hacen oídos sordos preocupándose más en enfrentarse con los medios de comunicación en lugar de enfrentarse a los criminales que tienen secuestrado a todo un Estado.
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